Un debut de ida y vuelta


 México jugó mejor el primer tiempo pero se cayó y estuvo a punto de perderlo. Empató Rafa Márquez a 11’ del final y en una de las últimas jugadas lo salvó el poste





La pelota comenzó a rodar, los jugadores a correr y las vuvuzelas a sonar. En síntesis: el mundial se puso en marcha. Y lo hizo con un partido entretenido y extraño: Sudáfrica y México se pasaron el dominio de un lado al otro y estuvieron a punto de ganarlo ambos pero terminaron 1-1.

Quizá los que lo más lo lamentaron fueron los Bafana Bafana, ese equipo que conquistó el corazón de la gente y . Es que tuvieron el gran chance de ganarlo pero el palo derecho del Conejo Pérez se empecinó en negarle esa merecida alegría a los sudafricanos. Fue el minuto xx cuando la pelota viajo mansamente a la base del poste ante la cara angustiosa del Conejo y de los hinchas mexicanos en las tribunas. Los sudafricanos aún no lo creen: alguno todavía debe estar gritando el gol.

Tras el pitazo inicial del torneo, sorprendió el esquema de Parreira, el técnico brasileño del local. Se retrasó demasiado y le dejó pelota y campo de juego a los mexicanos. Así, se vio un equipo azteca que dominó y llegó por la derecha cuantas veces quiso. Aunque no con demasiado peligro pero sí con incesantes avances en los pies de Paul Aguilar por derecha, el sector más desprotegido de Sudáfrica.

Cuando podía agarrar la pelota el equipo amarillo, mostraba una buena técnica e interesantes combinaciones. El problema es que la Jabulani la tenía poco y nada. Pases de primera y jugadas al vacío eran la receta africana ante un equipo azteca que hizo mejor las cosas en el primer tiempo.

Pero el partido se fue cayendo y entrando en el frío que empezaba a invadir las tribunas. Es que cuando baja el sol es cosas seria el clima en Johannesburgo a esta altura del año. Ayer cuando terminó el partido la temperatura bajó hasta menos de 10 grados.

Tres claras tuvieron los mexicanos. A Franco se la contuvo el portero Khune; Giovanni probó de lejos por arriba y la indecisión dejó “sin viento” a Vela. Sudáfrica tuvo dos cabezazos, ambos desviados. Las emociones llegarían en la segunda parte…



Goles son amores

Las vuvuzelas no saben de frío. Ni siquiera de resultados. Ellas siguen sonando. Y acompañan el ambiente cuando llega la primera alegría. Si en alguna escuela de fútbol buscan como se arma un contraataque, deberían guardar el video del gol sudafricano: cinco toques de primera y definición implacable de Tshabalala, el volante que juega en la liga sudafricana pero que desde ayer ya debe sellar su pasaporte a una liga de primer mundo.

La olla del Soccer City hervía después del gol. Si la vuvuzelas se sentían antes, ahora es un infierno el estadio y no hay oído que resista, ni siquiera con tapones.

Ida y vuelta. Ataja Khune un remate con destino de red de Giovanni y responde Modise con una mala definición en el otro arco. Se la juega Aguirre con Cuauhtémoc, Chicharito y Guardado, sorpresivamente suplente. Hasta que Sudáfrica demuestra que sigue viviendo en la edad de la inocencia. Y Rafa Márquez, veterano, no perdona esas distracciones.

Juega mal al offside la última línea bafana y el defensor del Barcelona aparece sólo, con ubicación y tiempo. Márquez, quien había hecho el último gol mundialista azteca, ahora hace el primero. Con el 1-1 se desahoga México y respira…. Muchos ya palpitaban otra frustración mundialista.

Faltaban 10 minutos y las vuvuzelas dan su concierto final. Pero esa pelota que empuja Mphela suavemente supera a Pérez y besa el poste. Pérez todavía está temblando… y no de frío.
12 jun 2010

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