Clement y la decepción bafana

El entusiasmo y las vuvuzelas han parado su ritmo en Sudáfrica. La derrota 0-3 ante Uruguay sí que caló hondo en los sudafricanos, que veían a esta fiesta del fútbol como un alivio en sus penurias. La alegría de su gente quizá haga olvidar por momentos que estamos en Sudáfrica, uno de los países más desiguales del mundo, donde una minoría muy marcada es dueña del 95 por ciento de los ingresos. Y la mayoría negra gana menos de 100 dólares al mes, además de que el índice de desocupación es muy alto.


Sin embargo, desde que comenzó el Mundial, todos las caras venían con sonrisa incorporada. Sin perder la simpatía ni la buena vibra, la derrota bafana y la virtual eliminación ha cambiado los ánimos de buena parte de los sudafricanos.

Clement es un ejemplo de ello. Es taxista y ya conoce bastante de El Salvador. Es el resultado de decenas de viajes, charlas y crónicas. Sin embargo, esta mañana dice que no quiere hablar de fútbol. Ya no les caen simpáticos Argentina y Brasil. Mucho menos Uruguay.

Uno intenta convencerlo que los Bafana aún tienen chances, que pueden llegar a octavos con un triunfo y una ayuda uruguaya o mexicana. Y que a esta Francia, cualquiera le puede ganar. No parece convencido pero acepta la opinión. Lo certifica un acto: vuelve a hacer sonar su vuvuzela.
19 jun 2010

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