: Los estadounidenses remontaron un 0-2 ante Eslovenia y pudieron ganarlo. Pero el árbitro les anuló un gol legítimo en el final.
La reacción de Estados Unidos deja dos lecciones: una, nunca hay que darse por vencido, como demostraron los norteamericanos. Dos, nunca hay que renunciar al ataque a pesar de ir ganando por dos goles de diferencias porque se termina pagando un precio muy alto, tal como mostraron los eslovenos.
El 2-2 fue un justo reparto de goles y de puntos en un partido mucho más entretenido de lo que se esperaba en la previa. Y aunque el frío siguió y sigue siendo principal protagonista del Mundial, el juego fue caliente desde el primer minuto. Un codazo de Dempsey a Koren cuando no se habían jugado 60 segundos altera los ánimos.
Estados Unidos fue el que hizo mejor las cosas en el inicio pero no contaron con la astucia de Valter Birsa. El volante del Auxerre de Francia, se puso un guante el pie izquierdo y sacó un remate desde 25 metros para convertir un golazo. Howard, el portero estadounidense que no atinó a ninguna reacción, fue el primer espectador. A partir de ahí, la selección del país de Europa central del tamaño de El Salvador, se hizo dueño de la pelota. Empezó a triangular y ganó la pulseada del medio campo. Otro remate del propio Birsa desde 35 metros casi se le mete a Howard, que anoche debió haber soñado en este zurdo de criteriosa técnica y excelente pegada.
Pero el partido cambia de dueño y se hace un monólogo de Estados Unidos. Se salva Eslovenia, una vez tras otra: un tiro libre del mexicano Francisco Torres pasa cerca, un cabezazo de Demerit se va apenas afuera y una salvada de Brecko sobre la línea cuando Donovan ya festejaba, evitó el empate
Va tanto hacia la portería de Handanovic, Estados Unidos, que ofrece espacios para la contra. Y Eslovenia decide aceptarlos. Así, llega un pase perfecto en profundidad de Novakovic para Ljubijancik, quien libre de marca define cruzado. Es fiesta adentro del campo y silencio sepulcral afuera, donde los estadounidenses son amplia mayoría en las tribunas.
Súper Donovan
La gente no se había terminado de acomodar en sus butacas cuando Donovan le pegó “con un fierro” tras una escapada por el sector derecho. Es tan fuerte su remate que hasta el portero corre su cara para que no le pegue el balón. Instinto de supervivencia, sí, pero también permite el gol de Estados Unidos en el primer minuto del segundo tiempo. Y ahora sí, la fiesta se traslada al público, otra vez confiado.
Onyewu se pierde el empate tres minutos después, mientras el “iu – es- ei” resuena en el mítico Ellis Park. Las infaltables vuvuzelas acompañan el grito estadounidense y la intensidad del partido va en aumento. También las patadas. Handanovic se hace más grande aún de su 1.93 metro y contiene varios remates, en especial a Altidore. La insistencia tiene su premio cuando Michael Bradley define en el 2-2 y le da el mejor regalo a su papá y técnico, Bob.
Eslovenia se acuerda de atacar después del 2-2. Y no lo hace nada mal. Es una lástima que se haya decidido tras el empate. Si lo hubiera hecho antes, el resultado, quizás, hubiera sido diferente. Aunque también pudo haberlo ganado Estados Unidos de no ser por el árbitro que anula un gol . En Estados Unidos, todavía se están preguntando que cobró. Y no tenemos la respuesta.
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