“Brasil, laralalala…” Suenan la batucadas y desfilan los disfraces. Es el carnaval de Río pero en las tribunas del Ellis Park, que los brasileños ya conocen casi de memoria. En Johannesburgo hay bastantes grados menos de temperatura que en la fiesta que paraliza a Brasil, pero con el mismo calor interno de los hinchas que ayer inundaron el mítico estadio en el corazón de Johannesburgo.
Es un placer mirarlos bailar y seguirles el ritmo. En el inicio, el frío pareció aplacarlos, pero los goles de Juan y Luis Fabiano, en dos minutos calentaron el ambiente. Ahí se terminó de desatar la “festa”…
“Ohhh, soy brasileiro, con muito orgulho, con muito amor…” es casi como un himno. Y se repite dos, diez, cien veces. Los chilenos sienten la goleada y su espíritu decae. Es lógico.
Del otro lado, los sudafricanos que también le van a Brasil, terminan de conformar esos 55 mil fanáticos que festejan. Sin Bafana Bafana en el Mundial, la canarinha ocupa el primer puesto en las preferencias. Como en todo el mundo. Uno se da cuenta cuando habla con ellos, pero utilizan el inesperado inglés y no el tradicional portugués. Pero, en cualquier lengua, celebran. Y en el estadio lo hacen con cerveza. Prometen caipirinha para el festejo final por las calles de Johannesburgo.
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