Nunca un equipo, con la obvia excepción de Sudáfrica, fue tan local en el Mundial como lo fue ayer Ghana. Los sudafricanos se pusieron la bandera de África en el Mundial y a falta de Bafana Bafana, llegó el tiempo de alentar a los nuevos Ghafana Ghafana.
En Johannesburgo, varios días atrás, la pasión ghanesa se fue contagiando. De persona a persona, de boca en boca. Y ayer en el Soccer City, defender el honor del continente pareció un principio irrenunciable. Ghana, único representante de la región que pasó la primera ronda, fue el gran beneficiado con el movimiento africano.
La bandera roja, amarilla y verde, con la estrella negra en el centro, aparece en todos lados. En camisetas, en caras pintadas, en enormes pabellones…, en el corazón.
Los medios tuvieron mucho que ver con esta movida. Desde los diarios instaron a apoyar a los ghaneses. “Hoy África es Ghana”, fue el resumen de los títulos. Y en la televisión oficial sudafricana embanderaron todo con el pabellón ghanés. El periodismo fue la punta de lanza de tanta pasión.
Y los hinchas, vibraron. Gozaron con el partido, sufrieron con los penales. Como todos, se emocionaron. Las lágrimas de ellos fueron parecidas a las de los uruguayos. Pero no iguales. Estos ojos humedecidos, son de tristeza. No hay explicación. Así es el fútbol… y mucho más cuando se define por penales.
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