Brasil siempre es Brasil. En todos los mundiales. Aunque en Sudáfrica 2010 venía en deuda, ayer lo sufrió en carne propia una digna selección chilena, de las mejores de su historia. Pero se terminó rindiendo ante el rival al que todos temen y que tras la exhibición de anoche vuelve a sacar lustre de candidato después de una deslucida primera fase.
Juan, Luis Fabiano y Robinho fueron los nombres del 3-0. Pudieron ser más. También es cierto que Chile hizo méritos para llevarse el de la honra. Pero poco importa ahora. Los de Dunga ya están pensando en el rival de cuartos, Holanda, un verdadero clásico del fútbol mundial. Los de Bielsa, siguen soñando con su sombra verdeamarelha que ha tomado como costumbre eliminarla de los mundiales. Algo quedó claro anoche tras el juego en el Ellis Park: Brasil es candidato puesto a llevarse su sexta corona.
Planteos contrapuestos
Los planteos previos, confunden. Demasiado conservador Brasil, demasiado ofensivo Chile ¿Es el mundo del revés? No. Es el mundo de Dunga y de Bielsa. Así son sus técnicos y así su aceptación en ambos países: a Dunga lo resisten muchísimo en Brasil, a pesar de su equipo ganador; a Bielsa lo aman en Chile, a pesar de que ya está de regreso de Sudáfrica. El técnico argentino de la Roja decidió poner cuatro delanteros (Suazo, Alexis Sánchez, Bouseajour y Mark González) para atacar a la selección que lidera el ranking mundial. Vaya audacia; por algo le dicen “Loco”.
Sin embargo, la apuesta no le salió del todo bien al entrenador. Los chilenos intentaron presionar arriba, irrenunciable manera de jugar de este equipo, pero el planteo de Dunga fue efectivo y regular. Marcó supremacía. Los primeros chances son todos de Brasil, cuando se lo perdieron sucesivamente Luis Fabiano y Gilberto Silva.
El partido se metió en una meseta que ni el talento de Kaká ni las piruetas de Robinho podían sacar. Poco y nada pasaba cuando Brasil encontró el gol de una pelota parada: preciso centro de Maicon, certero cabezazo de Juan. Y Bravo, a buscarla adentro de su arco.
Festa
Tras el gol, Brasil fue un festival. Se vio su mejor versión en el Mundial y hasta quiso parecerse al Brasil del Jogo Bonito. Ojo, parecerse, porque está muy lejos de serlo. Pero Kaká pareció ni enterarse de esas discusiones tribuneras y armó una hermosa jugada para servirle el segundo a Luis Fabiano. El 9 de Brasil y su terrible capacidad goleadora sentenciaron la cuestión.
Chile apostó por la habilidad de Valdivia y Millar para dar vuelta la historia en la segunda parte. Pero fue cuando más dominó Brasil, que dio la sensación de tener el partido controlado siempre. Entre Gilberto Silva, Ramires y Dani Alves se encargaron de adueñarse del medio campo. Y pareció que el equipo hizo los goles cuando quiso. Como el tercero, que llegó con otra excelente jugada individual, esta vez de Ramires para una exquisita definición de Robinho. Su remate desde afuera del área fue un poema para todos los hinchas del fútbol…. excepto los chilenos.
Chile demostró su orgullo y amor propio en el final. Fue con todo al frente, pero le faltaron demasiadas cosas. Intentó por los costados, pero le faltó profundidad. Suazo peleó todas, pero le faltó claridad. Y Alexis Sánchez dio muestras de su enorme talento, pero le faltó continuidad. Así, futbolísticamente quedó lejos de un Brasil contundente y efectivo. Y que en cada contraataque ejerció una tortura psicológica para el portero Bravo.
El partido se fue con la fiesta en las tribunas y los aplausos de Dunga para sus jugadores. El Mundial no da respiro: ya deberá pensar en Holanda, en unos cuartos de final de lujo. Dos viejos conocidos en un clásico mundial.
29 jun 2010
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1 comentario:
Excelente vecino
aca los chilenos del 705
saludos
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