Hubo un partido, estaba la clasificación en juego; había veintidos jugadores en cancha y varios miles de hinchas en las tribunas. Pero hubo un protagonista principal: Samuel Eto’o.
El continente africano apoya a sus equipos y ayer fue una clara muestra. A la gran mayoría camerunesa se le agrega el favortisimo local. Y no es poco. Eto’o los levanta. Es su sello. A todos los africanos. Y ni hablar de los de Camerún. Le aplauden todas, hasta las que se salen mal. Y la locura se apodera de Pretoria cuando marca. No sólo el estadio, la ciudad se sacude. Un gol de Camerún se grita con todo; un gol de Eto’o, mucho más.
Si hay camisetas de Camerún, es seguro que en la espalda llevarán su nombre. Es simple: su figura ha trascendido el deporte y es el ícono de popularidad en su país. Como alguna vez, Maradona fue sinónimo de Argentina o Usain Bolt de Jamaica, Samuel es el nombre propio de Camerún. Aunque esta vez no le haya podido dar una alegría a su gente… La fiesta hoy es danesa.
20 jun 2010
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1 comentario:
Y dále con el abrigo ingastable....
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