La vida suele dar sorpresas en los estadios de fútbol. No sólo adentro del campo de juego. También afuera suceden cosas que no coinciden con la razón. Con temperaturas que llegan hasta los 5 grados bajo cero en los partidos nocturnos, es casi insólito que no se vendan bebidas calientes en los estadios. Bueno, eso sucede en Sudáfrica, en pleno Mundial.
Encontrar un café es casi como pretender que un hombre de raza negra sea el dueño de una mina de oro en este país. Un chocolate caliente cotiza más que una cena en el centro comercial más caro del país, el Mandela Square. Y una sopa, directamente ya sería una ilusión óptica.
Ahora se entiende: quizá por eso se aferren tanto a las vuvuzelas. Para mantenerse en movimiento y que trabajen los pulmones. Quizá, así el frío se sienta menos.
Un vendedor llega hasta el pupitre de prensa. Es la salvación. Pero abre su mochila y ofrece… ¡sorbetes! No, gracias. Dos escalones abajo, un papá lama al heladero y le compra a sus tres hijos… Está al lado de dos muchachones que se beben una cerveza helada y van por más.
Aquel que escribió que vivimos en el mundo del revés, tiene razón.
20 jun 2010
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1 comentario:
Querido cana: El gorro y la bufanda pasan desapercibidos porque son de estos tiempos. Pero el abrigo.....Decí la verdad: Es de larga data,viene de tu país natal y te fué imposible gastarlo en tus correrías por la ciudad de La Plata junto con el Pava, Chiqui, Losa,etc.
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