El primer hincha de la Selecta en el Mundial



Víctor Bonilla cumplió el sueño de su vida a los 63 años. Está en Sudáfrica disfrutando de su primer Mundial de fútbol y se convirtió en el primer hincha de la Selecta presente en la Copa del 2010. Como no podía ser de otra manera, está todo de Azul. Gorro de El Salvador, camiseta de la Selección y dice que hasta las medias son azules. Disfruta del color del Mundial y de los partidos y hace especial hincapié en seguir a sus favoritos: Argentina, Brasil y España.


“Estoy disfrutando esto como loco. Es lo mejor que hay, no tiene comparación con nada venir a un Mundial” explica don Víctor en la grada superior del Ellis Park, el legendario estadio enclavado en el centro de Johannesburgo, mientras observa las gambetas de Messi y las indicaciones de Diego Maradona.

Nacido en Santiago de María, Usulután, vive actualmente en Zaragoza, La Libertad y pasó varios años de su vida en Estados Unidos. “Me vine vía Nueva York. Fue un viaje cansador pero muy feliz. Y me quedaré toda la Copa del Mundo. No pude estar en la inauguración pero tengo ticket para la semifinal y la final”, cuenta con una sonrisa bien grande como Johannesburgo.

¿Y cómo se decidió a venir Don Víctor?

“Durante muchos años quise estar en un Mundial y nunca había podido. Como venían varios amigos guatemaltecos, ellos me decidieron a llegar aquí. Un amigo ha ido a nueve mundiales y me decía que era una cosa única…. Me convenció y ahora lo entiendo”.

Dice que repartirá sus sentimientos por Argentina, Brasil y España, aunque se queda con la albiceleste: “Por ser latino”. Pero siempre llevará los colores de su corazón a cada estadio donde vaya.

“Estoy orgulloso de ser salvadoreño y quiero que la gente lo sepa. Por eso estoy con la camiseta y el gorro”, explica, como si hiciera falta. Y se anima a exteriorizar su sueño: “El Salvador va a estar en el Mundial de Brasil 2014l, claro que va a ir. Y por supuesto, ahí voy a estar yo acompañando a la Selecta”.

Como la mayoría de los visitantes en el Mundial, Bonilla elogia a los sudafricanos: “Sudáfrica es todo lo contrario de lo que se oía antes. Todo lo negativo que supuestamente tenía Sudáfrica, ahora es todo positivo, cuando uno lo vive aquí. La gente es muy amiga, muy amable. Nos han recibido como sus propios hijos. Realmente es increíble este pueblo sudafricano”, indica agradecido.

Pide un saludo especial para enviar a El Salvador, vía El Diario de Hoy. “En este momento tan lindo me quiero acordar de todos los amigos de La Cueva, el Ademar Club, nuestro lugar de reunión”.

Y deja la conclusión final: “Esto es lo mas bello de mi vida. Esto no tiene precio”. Y se aleja, contento, con su atuendo de azul inconfundible…
13 jun 2010

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