Triunfo helado

¿Habrá sido el frío? ¿Le habrá pesado la presión? ¿O los nervios del debut? Lo cierto que Brasil no brilló a lo Brasil. Y de jogo bonito, nada. Pero le alcanzó para ganar en el debut, con más sufrimiento del esperado y con apenas un gol de diferencia contra Corea del Norte, el rival más accesible del difícil grupo G.


El equipo que todos esperaban al fin hizo su presentación en la Copa del Mundo en la noche más helada del Mundial: 0 grado al inicio y con temperatura en descenso durante el juego. Irónicamente, no le costó entrar en calor porque al minuto Robinho ya había avisado que por sus pies pasarían la mayoría de los ataques canarinhos. Y tuvo su primera jugada de riesgo con un tiro desviado de Elano. La gente lo aplaude, aunque queda la duda si es por el disparo que se fue lejos o para moverse un poco y despejar el frío.

Maicon por derecha, de a poco va haciendo la diferencia. Es marcador, salida clara y se anima al área rival. Lo que se dice, un jugador completo. Se transformará en la llave para el triunfo brasileño.

A los 5 minutos, Brasil ya pateó tres veces al arco. Y el juego es como las tribunas: todo amarillo. Pero será apenas una ilusión. Pasan los minutos, los goles no llegan y lentamente el dominio brasileño se va diluyendo. Robinho es el más incisivo y Maicon, el más peligroso. El resto, no aparece: Kaká, discontinuo y extrañamente impreciso; Elano, con intermitencias y Luis Fabiano, muy aislado entre los centrales coreanos. En síntesis: Brasil va perdiendo volumen de juego.

El partido se hace repetitivo y esperable. Brasil apostado al ataque y Corea encerradito atrás, aguantando el asedio y apostando al contragolpe. Y hasta se anima a probar al arco de la mano de Kwang Chong.

Así se muere el primer tiempo, entre la impotencia de Goliat y las amenazas de David. La gente no está nada contenta.



Precisión y goles

Para la segunda parte no cambia el concepto. Ni el frío. Todo sigue igual. Sin embargo, Brasil parece más decidido a buscar el gol y encontraría la precisión en el golpe final. Robihno volvió a ser el hombre por el que pasaron todos los ataques y se le sumó Elano, mucho más activo que en el primer tiempo.

Pero la defensa cerrada coreana encabezada por Jun Il y Nam Chol no le permite acercarse seriamente a los sudamericanos. Solamente la puede vulnerar un jugador extraordinario. Como Maicon.

El lateral del Inter que pretende el Madrid aprovecha su enésima proyección pero esta vez no tira el centro. No. Saca un terrible derechazo al arco que sorprende a a todos los coreanos, en especial a su portero Myong Guk, que descuida el primer palo. Justo por allí se cuela la pelota para inflar la red y poner justicia al marcador.

Con el gol, afuera los nervios. Parece animarse Brasil. Por izquierda con Bastos, por el centro con Luis Fabiano. Y empieza a desperdiciar chances. Hasta que Robinho frota la lámpara y pone un extraordinario pase para Elano, que define cruzado y festeja con un gol su cumpleaños número 29. Partido liquidado.

¿Liquidado? No, todavía. Faltaba el suplicio final. El golazo de Yun Nam le pone algo de pimienta al partido, que unos instantes antes se creía cerrado. Pero era tarde, Corea no tuvo casi fuerzas para ir por el empate.

Pasó el primer partido del equipo más esperado. Y los hinchas se van con poco fútbol pero con la típica alegría brasileña. Pese a todo, el triunfo no era fácil. Brasil tenía tres rivales a quien derrotar: Corea del Norte, la presión del debut y el frío. Y lo hizo, aunque el Jogo Bonito deba esperar…
16 jun 2010

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