Dos banderas, dos historias

El Mundial se extinguió pero las banderas de El Salvador siguieron apareciendo. Como estas dos que se vieron por Johannesburgo durante el transcurso de los partidos de cuartos de final y semifinales.
La primera es de Eduardo Campos, de 24 años que estudia en San Salvador. Aprovechó la empresa de su padre para hacer una gran bandera de 1,30 de ancho por 3,00 metros de base. Y cuenta orgulloso: “La bandera la hice yo, en la empresa de mi papá donde hacemos trabajos de impresión de gran formato. Agarramos una tela y la trajimos doblada, es bastante grande. Es una gran satisfacción poderla mostrar aquí en Sudáfrica”, explicó.
Otra bandera cuelga de los balcones del edificio Hydro Park, en el centro de Johannesburgo. Pertenece a los hermanos Pichinte, William y Marco, que fueron de los primeros en comprar entradas. “Adquirimos los boletos el día 1 de venta en internet. . Y la bandera la llevamos a cada uno de los 10 partidos que fuimos. Mucha gente nos preguntó de dónde era”, cuentan, acompañado de su amigo colombiano Jaime Higuera, casi un cuscatleco más.
Ellos también aportaron su granito de arena para que El Salvador sea conocido en Sudáfrica. Protagonizaron la Copa 2010 desde las tribunas, con la pasión de los hinchas. Y vivieron el Mundial con los colores azul y blanco.
12 jul 2010

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