El balance: España, la luz de un Mundial opaco


En un mundial pobre en lo deportivo y gigante en lo humano, España fue el mejor equipo y obtuvo la recompensa que lo deposita en la historia: campeón del mundo. Sudáfrica 2010 mostró la calidez de la gente anfitriona y la frialdad en el juego.


Variantes tácticas se vieron pocas, fútbol espectáculo casi nada. Sólo España aportó algo de su marca registrada, el toque y el buen juego. Y poco más para destacar: Apenas la saludable sorpresa de Uruguay, otra vez de vuelta en los primeros planos; el fútbol alegre de Ghana; dos actuaciones deslumbrantes de cuatro goles de Alemania; la primera fase de Argentina y una goleada aislada de Portugal, aquellos 7 goles a Corea del Norte. Demasiado poco.

El resto se manejó entre la . Equipos amarretes hubo varios. A algunos, como Eslovaquia, les salió bien. A otros, como Italia, Suiza (a pesar del golpe a España) o Grecia, no: se quedaron en la primera fase.

El famoso “Mundial de Sudamérica” se quedó en cuartos de final. Otra vez el dominio fue europeo, ahora con una final inédita y un campeón debutante. España es el octavo equipo en levantar el trofeo. Lo mereció largamente.

Los sudamericanos, sin embargo, metieron sus cinco equipos entre los 10 primeros lugares. Sólo Uruguay dio la cara en las semifinales ante la caída de los “gigantes” Brasil y Argentina.

Justamente estos dos equipos mostraron los extremos desde su conducción: el régimen cuasi militar de Dunga y el alejamiento total del “jogo bonito” no le dieron ningún resultado a Brasil. La calidez para sus jugadores y la “anarquía” de todos al ataque del Diego sólo dio resultado hasta cuartos de final, se quedó antes de lo esperado, con paliza incluida. Se podrán decir muchas cosas de Maradona DT, pero la realidad marca que fue la mejor ubicación argentina (5º) desde la final de 1990.

Los equipos de la CONCACAF rindieron de acuerdo a lo esperado, aunque seguramente ellos esperaban más. EE.UU. otra vez fue el más destacado pero no pudo pasar a Ghana; México volvió a demostrar que está lejos de las potencias y tropezó con la misma piedra que en el 2006 (Argentina) y Honduras pudo arañar un punto con su empate ante Suiza pero se fue sin hacer un gol en su segundo Mundial.

“La mano del diablo” de Luis Suárez, los groseros errores árbitrales y la violencia de Holanda también quedaron como imágenes de Sudáfrica 2010. Y por supuesto, el sonido de las vuvuzelas y los aciertos del pulpo Paul. La incomparable calidez de la raza negra sudafricana es el mejor recuerdo. Se terminó. Un mundial es vertiginoso. Parece que fue ayer el gol de Thabalala a México en el partido inaugural. En cuanto nos demos cuenta, ya estaremos en Brasil 2014. Y quedan dos certezas: fue un gran acierto haber hecho un Mundial en esta tierra siempre postergada y no se podría haber elegido un lugar mejor para el próximo.
15 jul 2010

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