Holanda: la máquina de ganar

Si fuera por resultados y efectividad, todos jugarían por el segundo puesto en este Mundial. Es que Holanda se ha convertido en una mecánica de ganar partidos sin necesidad de tiempo extra, ni mucho menos de penales. Les ganó a todos los rivales que jugó casi sin pasar sobresaltos, excepto esos inolvidables cinco minutos finales ante Uruguay. En eliminatorias también había ganado todos sus juegos. Fantástico. Si sale campeón será el primer equipo en la historia en marcar tanta diferencia. Además, lleva 25 partidos invicto. Implacable.



ATRÁS

Stekelenburg no tenía una tarea sencilla: debía cuidar el arco que fue propiedad del gigante Van der Sar durante más de una década. Pero lo hizo con critero y seguridad, más allá de algunos errores, comunes en este Mundial y atribuibles a la polémica Jabulani. El gol de Uruguay es un ejemplo.

El aspecto defensivo pasó a ser prioridad en Holanda tras la llegada del técnico Van Marwijk. Con marcada línea de cuatro, no regala ni un centímetro y cuando tiene que raspar, son bien ásperos. No le escatiman a la pierna fuerte. Gio es el dueño del lateral izquierdo y de la cinta de capitán por regularidad y personalidad. También ataca y con puntería (golazo a Uruguay). La dupla central de Heitinga y Mathijsen. Van der Wiel es el lateral titular derecho pero fue bien reemplazado por Boulahrouz en la semifinal.



EL MEDIO

También es el gran fuerte de Holanda. Es allí donde se genera el juego. Generalmente juega con dos volantes defensivos y tres más adelantados que marcan la diferencia.

En la marca, la dupla la conforman Van Bommel y Nigel de Jong (ante Uruguay De Zeew) que ponen el equilibrio a un equipo ofensivo. Menuda tarea. En muchos momentos Van Bommel raya la mala intención y en este Mundial no ha sido expulsado nunca por la falta de personalidad de los árbitros. De Jong tampoco se queda atrás. Son los “malos y feos” de la Naranja. ¿Podrán con su vehemencia frenar el toque español? Allí dependerá gran parte de las chances en la final.

De tres cuartos en adelante, Holanda muestra un poderío temible. Dos ex madridistas que brillan como nunca en Sudáfrica: Sneijder y Robben, con Kuyt bien abierto.

El jugador del Inter es el más ganador de la temporada con su club y puede agregarle el domingo el título mundial su Selección. Sería otro caso inédito. El cerebro holandés es, además, goleador del Mundial, casi sin proponérselo y con algún gol de rebote. Pero nadie duda del nivel de Sneijder todo talento y precisión a la hora de atacar. Y siempre con olfato oportunista.

Robben es la maravilla que le faltó a este equipo en la primera fase. También se reservó de una lesión para los juegos importantes y volvió con toda su explosión. Rota en el medio y el ataque con una versatilidad incomparable. Y en el mano a mano, liquida. Kuyt, el extremo, conforma este trío decisivo, casi como un segundo delantero bien al estilo de los viejos punteros.



ADELANTE

Resulta curioso que a Holanda le suceda la mismo que a España con el Niño Torres. Su “9”, su referente del área, no ha marcado goles. No sólo eso, ha mostrado un nivel irregular, no acorde con el resto de su equipo. Es, quizás, el punto individual más flojo de un equipo sólido, compacto y peligroso. A no olvidarse, en el banco espera el habilidoso e impredecible Elia, otra carta ganadora de esta Naranja mecánica, versión 2010. Cuando fue utilizado, revolucionó el ataque holandés.



EL TÉCNICO

Van Mawijck nunca fue un futbolista destacado y jugó en equipos menores de Holanda, pero su capacidad como entrenador lo ha llevado por el Feyenoord y catapultado a la Selección holandesa en el 2008 para comandar la mejor racha de su historia. Fue acusado en el inicio de traicionar los principios de la “Naranja Mecánica”, esto es el fútbol bien jugado y con espectáculo, por un equipo menos vistoso pero más efectivo.
9 jul 2010

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