Video: el último entrenamiento holandés

Presentes en el la práctica de Holanda en el Soccer City antes de la final.
10 jul 2010

Videos: así se espera la final en Johannesburgo

Hinchas españoles y holandeses en el centro de la ciudad. Todo el color previo al duelo.

Se viene Brasil 2014: el show de Lula


Si Lula no fuera presidente de Brasil, se podría ganar la vida como showman del humor. Y sería millonario. Es que su capacidad de oratoria y su inmenso sentido de la oportunidad para contar chistes, hace mutar en festiva y divertida a la reunión más seria y protocolar que exista. Ayer pasó algo de eso. Con simpatía, se “robó” la presentación oficial del Mundial de Brasil 2014, en el centro de convenciones de Johannesburgo, y casi que se puso a Sudáfrica y al periodismo internacional a sus pies.


Dijo: “Brasil es el país con más mistura (mezcla) de razas del mundo y eso hace que la gente sea más linda. Me tienen a mí como ejemplo. Y si no quieren ir al Mundial, vayan aunque sea a verme a mí y a las chicas lindas que hay allá”. Habló de las maravillas naturales de su país, de sus encantadoras comidas y playas y de la potencia económica: “los datos de los expertos del banco mundial nos dan como la quinta potencia económica del mundo. Podemos llegar a ser la cuarta, sólo depende de que Petrobrás (la empresa petrolera) busque un par de pocitos más”

Tuvo su tiempo de ponerse serio: “¿Cómo puede ser que las aerolíneas brasileñas vuelen su espacio aéreo y no se detengan en África? Me comprometo a cambiar esto”. Y luego remató: “El presidente de Tanzania para ir a Brasil, tiene que pasar por París ¿y quién se quiere ir de París?”. Y también tuvo su párrafo para el público que llegará al Mundial. “Imaginen a Argentina jugando en el sur de Brasil. Si cada año van un millón de vacaciones a nuestras playas, ¿se imaginan cuántos más irán siguiendo a Maradona?”. Así, le puso el tono ideal a un Mundial que se preveé extraordinario.

La presentación de Brasil 2014 estuvo también marcada con pasos de samba, capoeira, música de Xuxa y hasta un perrito con la verdeamarelha, que hacía malabares con la Jabulani. Sí, todos juegan bien en Brasil, hasta los chuchos.

Caprichos del calendario y la geografía: estamos en Sudáfrica 2010, pero se vivió un día de Brasil 2014.

Johannesburgo, dulce hogar


La película “La Terminal”, protagonizada por Tom Hanks y dirigida por Spielberg, cuenta la historia de un hombre que vive en un aeropuerto, del que no puede salir por diferentes circunstancias. Salvando las distancias, algo así se vivió en el aeropuerto de Durban, que sufrió un caos frenético por la semifinal entre Alemania y España.


Entre otras cosas, el aeropuerto colapsó y muchos aviones debieron sobrevolar la zona porque no había donde aterrizar. Cuentan que en un vuelo, varios pasajeros se sublevaron. Es que no llegaban a ver el partido y habían pagado casi dos mil dólares por el boleto. Se les ocurrió ir a increpar al piloto.

Por culpa del caos aéreo, el partido de Durban se jugó con tres mil hinchas menos, que quedaron varados en los vuelos y en el aeropuerto. Por suerte, este periodista y otros colegas americanos, llegamos a tiempo. Y cuando pasamos por el baño, vimos a un hombre afeitándose. Igual que en “La Terminal”, un Hanks sudafricano. Pero esto no es ficción, es realidad mundialista.

El caos continúa en Durban. Por suerte, estamos a salvo. Nuestro vuelo sale a tiempo y estas líneas son escritas a 1,500 kilómetros de allí, desde el aeropuerto de Johannesburgo, que hoy es casi como volver al hogar.

Sneijder y Villa: talentosos y goleadores

Mientras siguen llegando vuelos repletos de holandeses y españoles a la ciudad más poblada de Sudáfrica, la polémica se instaló en los hinchas hace algunos días y todavía no se conoce el final ¿Quién será la figura del Mundial? ¿Quién, el goleador? ¿Será el mismo jugador? Todos los focos apuntan a Wesley Sneijder y David Villa. Mucho, por no decir todo, se definirá en el gran partido de mañana. Además del título de campeón hay otras dos competencias en juego con resultado incierto: balón de oro para el mejor; bota de oro para el goleador.
Uno, despreciado por el Real Madrid; el otro, atrapado por el Barcelona. Las historias inversas de Sneijder y Villa en la Liga de España marcaron sus realidades. Sneijder dejó a los merengues para ser campeón de todo en el Inter de Mourinho y trasladar su fenomenal momento a la Holanda de van Marwijk. Puede ser la primera vez en la historia que un jugador alcance la Triple corona en Europa y luego salga campeón en el Mundial. El “Guaje” tuvo otra gran temporada con Valencia y los azulgranas “no lo perdonaron más”. Arriesgaron y se lo llevaron antes de que el Mundial elevara todavía más su cotización. Excelente negocio barcelonista: en la Selección explotó. Es el máximo goleador español en los Mundiales y figura fundamental para este presente finalista.
En paralelo, ambos comenzaron su racha goleadora recién en el segundo partido. Sneijder marcó desde afuera del área a Japón para el 1-0, cuando se aceitaba esta Naranja mecanizada para los triunfos. El holandés siguió su camino de red después de la fase de grupos: a Eslovaquia, tras gran pase de Kuyt; a Brasil, cuando la FIFA le dio los dos tantos a pesar de que el primero fue autogol del hoy villano Felipe Melo. Y el último a Uruguay, con el polémico offside de Van Pierse incluido.
Villa, después de la inesperada derrota contra Suiza, arrancó con doblete a Honduras: dos golazos, uno de jugada individual y el otro de fantasía colectiva. Después siguieron, otro fenomenal gol a Chile desde 40 metros y las definiciones ante Portugal y Paraguay en sendos 1-0. En disparos a puerta, Villa encabeza la tabla mundialista con 16 contra 10 del holandés. Pero el naranja gana en efectividad (23 % a 19%).
Uno, Sneijder, tiene una notable pegada con las dos piernas y un panorama de juego único. El otro, es velocidad, adrenalina y olfato de gol en cada arranque. “Golpe a golpe, verso a verso, gol a gol”. Al poema de Machado al que Serrat le puso música, se le agrega irreverentemente la última estrofa. Todo sea por estos dos caminantes que se hacen camino en el gol.

Videos: vuvuzelas a la "oranje"

Así están los hinchas holandeses antes de la final

9 jul 2010

Holanda: la máquina de ganar

Si fuera por resultados y efectividad, todos jugarían por el segundo puesto en este Mundial. Es que Holanda se ha convertido en una mecánica de ganar partidos sin necesidad de tiempo extra, ni mucho menos de penales. Les ganó a todos los rivales que jugó casi sin pasar sobresaltos, excepto esos inolvidables cinco minutos finales ante Uruguay. En eliminatorias también había ganado todos sus juegos. Fantástico. Si sale campeón será el primer equipo en la historia en marcar tanta diferencia. Además, lleva 25 partidos invicto. Implacable.



ATRÁS

Stekelenburg no tenía una tarea sencilla: debía cuidar el arco que fue propiedad del gigante Van der Sar durante más de una década. Pero lo hizo con critero y seguridad, más allá de algunos errores, comunes en este Mundial y atribuibles a la polémica Jabulani. El gol de Uruguay es un ejemplo.

El aspecto defensivo pasó a ser prioridad en Holanda tras la llegada del técnico Van Marwijk. Con marcada línea de cuatro, no regala ni un centímetro y cuando tiene que raspar, son bien ásperos. No le escatiman a la pierna fuerte. Gio es el dueño del lateral izquierdo y de la cinta de capitán por regularidad y personalidad. También ataca y con puntería (golazo a Uruguay). La dupla central de Heitinga y Mathijsen. Van der Wiel es el lateral titular derecho pero fue bien reemplazado por Boulahrouz en la semifinal.



EL MEDIO

También es el gran fuerte de Holanda. Es allí donde se genera el juego. Generalmente juega con dos volantes defensivos y tres más adelantados que marcan la diferencia.

En la marca, la dupla la conforman Van Bommel y Nigel de Jong (ante Uruguay De Zeew) que ponen el equilibrio a un equipo ofensivo. Menuda tarea. En muchos momentos Van Bommel raya la mala intención y en este Mundial no ha sido expulsado nunca por la falta de personalidad de los árbitros. De Jong tampoco se queda atrás. Son los “malos y feos” de la Naranja. ¿Podrán con su vehemencia frenar el toque español? Allí dependerá gran parte de las chances en la final.

De tres cuartos en adelante, Holanda muestra un poderío temible. Dos ex madridistas que brillan como nunca en Sudáfrica: Sneijder y Robben, con Kuyt bien abierto.

El jugador del Inter es el más ganador de la temporada con su club y puede agregarle el domingo el título mundial su Selección. Sería otro caso inédito. El cerebro holandés es, además, goleador del Mundial, casi sin proponérselo y con algún gol de rebote. Pero nadie duda del nivel de Sneijder todo talento y precisión a la hora de atacar. Y siempre con olfato oportunista.

Robben es la maravilla que le faltó a este equipo en la primera fase. También se reservó de una lesión para los juegos importantes y volvió con toda su explosión. Rota en el medio y el ataque con una versatilidad incomparable. Y en el mano a mano, liquida. Kuyt, el extremo, conforma este trío decisivo, casi como un segundo delantero bien al estilo de los viejos punteros.



ADELANTE

Resulta curioso que a Holanda le suceda la mismo que a España con el Niño Torres. Su “9”, su referente del área, no ha marcado goles. No sólo eso, ha mostrado un nivel irregular, no acorde con el resto de su equipo. Es, quizás, el punto individual más flojo de un equipo sólido, compacto y peligroso. A no olvidarse, en el banco espera el habilidoso e impredecible Elia, otra carta ganadora de esta Naranja mecánica, versión 2010. Cuando fue utilizado, revolucionó el ataque holandés.



EL TÉCNICO

Van Mawijck nunca fue un futbolista destacado y jugó en equipos menores de Holanda, pero su capacidad como entrenador lo ha llevado por el Feyenoord y catapultado a la Selección holandesa en el 2008 para comandar la mejor racha de su historia. Fue acusado en el inicio de traicionar los principios de la “Naranja Mecánica”, esto es el fútbol bien jugado y con espectáculo, por un equipo menos vistoso pero más efectivo.

España: el show del toque y del buen fútbol

La gran candidata junto con Brasil antes de empezar el Mundial cumplió con los antecedentes y mostró su mejor partido justo frente al rival más difícil, Alemania. Y en el momento oportuno, en el juego que daba el pasaporte al partido más deseado. Así, selló su boleto a la final, con fútbol de alto vuelo, riqueza técnica, defensa confiable y una exhibición de buen juego armado desde su mejor arma: el pase.




ATRÁS

Curiosamente, el análisis empieza por un jugador que no ha rendido en el nivel esperado: el portero. Súper Iker ha tenido momentos irregulares en el Mundial y se ha visto como uno de los arqueros que mayor dificultades ha tenido para controlar a la movediza Jabulani. Sin embargo, fue protagonista de una jugada clave en un instante decisivo: le contuvo un penal, mal pateado, al paraguayo Cardozo.

Delante de él, la defensa cumplió en todos los partidos, excepto en el inaugural: le convirtieron dos goles y uno de ellos significó derrota ante Suiza (el otro fue el descuento de Chile).

La banda derecha la cubre un especialista como Sergio Ramos, con proyecciones tan peligrosas como certeras. La dupla central del Barcelona se complementó a la perfección y no dio ningún tipo de ventajas en los partidos de octavos hacia adelante: lo de Puyol ante Alemania fue el partido perfecto con golazo incluido y a Piqué ya lo apodan Piqenbauer en toda España. La banda izquierda es propiedad del rendidor Capdevila, siempre efectivo.



EL MEDIO

Es la gran fortaleza del equipo. Xavi e Iniesta forman una dupla de volantes de excepción, sin dudas la mejor del mundo en cuanto a generación de juego. Ni siquiera Messi rinde igual sin ellos a su lado, tal como quedó demostrado en el Mundial. Cuando se encuentran, la pelota vive, y disfruta, entre sus pies. Su rendimiento ha ido en este Mundial de menor a mayor. Desde el centro del campo, Xavi parece comandar todo con su excelente panorama y pegada. Recostado casi siempre sobre la izquierda, Iniesta cuenta con una extraña habilidad y pases certeros que son puñaladas al área. De su lesión, no hay rastros; el buen fútbol está agradecido. Juntos, son dinamita.

La posesión de la pelota es el bien más preciado para la Furia y por eso cuenta con un recuperador fundamental como Sergio Busquets, el volante central que no brilla pero es vital en “el esquema Del Bosque”. Y a su lado, el termómetro, Xabi Alonso, cumplidor y cerebral. Las variantes de Cesc Fábregas y el “Chino” Silva le agregan aún más lujo y precisión a un equipo que hace de la rotación de la pelota su bandera fundamental.



ADELANTE

Por si le faltara algo a este gran plantel de Del Bosque, cuenta entre sus filas con un goleador implacable: David Villa. El Guaje (Barcelona, en audaz movida, se adelantó a los clubes poderosos del mundo y lo adquirió antes del torneo) es una auténtica pesadilla para las defensas rivales y frente a la portería, no perdona. Su velocidad y efectividad asombran. Ha destrabado partidos muy cerrados para España con su olfato goleador: Chile, en la primera ronda, Portugal, Paraguay… Un delantero temible en su mejor momento. Encabeza la tabla de anotadores junto a Sneijder.

El Niño Torres, su acompañante arriba quizá sea la única decepción de la Furia. Hay atenuantes, venía arrastrando una lesión y lejos de su mejor momento físico. Por eso, nunca rindió lo esperado y fue reemplazado en todos los juegos. En la semi ante Alemania, Pedro ocupó su lugar en el once y lo hizo de forma fenomenal, aunque pecó de individualista en una jugada de contra. Pese a ello, tiene todas las fichas para volver a ser titular en la final.



EL TÉCNICO

El Bigotón Del Bosque reemplazó a Aragonés hace dos años con una presión extra: llegaba a un equipo ganador como nunca y debía continuar por esa senda en el campeonato del mundo. No sólo lo hizo sino que hoy España está en ante un episodio inédito de su rica historia: la final del Mundial. Del Bosque conocía bien ese arte de manejar figuras, estrellas y egos en planteles millonarios: fue el entrenador del Real Madrid en la era galáctica y le dio 7 títulos, entre ellos dos Champions. En Sudáfrica, acertó siempre: capeó el temporal tras la derrota ante Suiza; reservó a Iniesta hasta que se puso bien; aguantó y confío en el Niño Torres hasta que sorprendió con Pedro en la semifinal. La apuesta le salió perfecta.

Para alegría de Thamsanga

Hay alegría en el Hotel de Rivonia, un humilde pero muy acogedor lugar en las afueras de Johannesburgo. Volverán a recibir a dos periodistas que estuvieron alojados allí durante gran parte de este Mundial y con los que quedó una excelente relación.


Thamsanga, al teléfono, recibió con felicidad la noticia de que debíamos retornar junto al reconocido colega argentino Edgardo Broner, compañero de rutas y habitaciones en este rally mundial por toda Sudáfrica. Thamsanga es uno de los recepcionistas, habilidoso en el arte de sonar la vuvuzela y con quien intercambiamos aprendizajes de castellano y zulú. El ya aprendió a decir “hola” y “¿qué onda amigo?” y “ya es tiempo”. Nosotros ya decimos “Tiumela”, “Oh muchle” y “ke nako”, sus similares en zulú. Aún no sabemos quién pronuncia mejor. Quizás, nunca lo sabremos y tampoco importa demasiado.

Las dificultades de conseguir una habitación en Johannesburgo aumentan a media que se acerca el gran domingo, el día de la final. Los turistas y los hinchas de fútbol de todo el mundo no se quieren perder la gran fiesta aunque su equipo haya quedado eliminado. Así, se ven en la ciudad camisetas argentinas, alemanas, serbias y brasileñas. Muchas brasileñas, son mayoría, casi tantas como en San Salvador en los días de juego canarinho.

Además de holandeses o españoles, el partido del domingo trajo otra alegría en Rivonia: la de Thamsanga, el inesperado amigo sudafricano.

Videos: Cuando Uruguay era todo esperanza


8 jul 2010

Durban, un verano en invierno

No hace falta comprobarlo con ningún cartel que diga que no hay más localidades. El Moses Mabhida lo cuenta con la primera impresión que ofrece. Está repleto. La circunstancia lo justifica: se trata del evento deportivo más importante de la historia de esta ciudad que se asoma al océano desde esas playas que son motivo de orgullo.


Era fácil adivinarlo. Cada calle, cada metro de La Milla de Oro –el mejor escenario de la ciudad- lo anticipaba: españoles vestidos de rojo hasta el alma; alemanas con las caras pintadas de su bandera tricolor; vuvuzelas de tantos colores como si se mezclaran varios arcoíris; bares llenos de gente entusiasmada. En Mustard’s, el restorán con mayoría de españoles, buscaba lugar Manolo –el emblemático hincha de La Furia- con su bombo enorme y su redoblante. Al lado, en el lobby del hotel Garden Court, sucedía otro detalle que sirve de retrato de la expectativa: ya no había habitaciones disponibles.

Se modificaron los hábitos mansos de la Durban de invierno. Ahora, las playas parecen detenidas en enero o en febrero. Hay gente que camina en la arena del Fan Fest, el más visitado en esta Copa del Mundo. Allí, el día que Holanda venció a Japón hubo un evento que duró hasta la madrugada; cuando Ghana accedió a las cuartos de final en Rustemburgo el lugar se transformó en una fiesta multicolor de banderas africanas (de Sierra Leona, de Sudáfrica, de Namibia, de Tanzania, de Burkina Faso). Ayer, incluso en los ratos previos, las impresiones se repetían. Y los españoles lo coparon hasta la madrugada. La magia del Mundial tiene ese tipo de particularidades: mostrar un verano cuando sucede un invierno.

Reventa, pero al revés


La reventa existe en todo el mundo del fútbol. En China, en el Cuscatlán y sí, también en Sudáfrica. Con una particularidad inversa a generalmente conocido: en todos los partidos de este Mundial fue más barato comprar entradas en la reventa que al precio oficial.

Pasó en todas las fechas y, obviamente también en las semifinales. En Ciudad del Cabo y ayer en Durban no fue la excepción.

Para estas semifinales, la entrada más barata oficial fue de 250 dólares, las llamada categoría 3. En los alrededores, las ofrecían a 1,000 rands, algo así como 150 dólares.

No existe tampoco ningún control por mínimo que sea. La reventa se ofrece a metros de la policía y hasta en la mismísima puerta de los estadios y carpas FIFA. También se vendían kits de cortesía de la FIFA para ir a los palcos VIP. O sea, paquete completo.

La explicación para que las entradas de reventa fueron las más baratas, es simple. En Sudáfrica se vendieron entradas para los habitantes del país a precios muy accesibles y también aparecieron por todos lados entradas de protocolo de los sponsors oficiales del mundial. En síntesis, quien apostó por la reventa, esta vez ganó.

De cabeza a la historia

Sudáfrica 2010 ya marcó dos hitos en la historia del fútbol: es el primer Mundial en suelo africano y coronará a un nuevo campeón. Nada menos. Casillas o Gio, cualquiera de los dos capitanes que levante la Copa el domingo en Johannesburgo marcará una fecha inolvidable para España u Holanda. Cualquiera que sea el resultado de la final, habrá que darle la bienvenida la galería de los grandes.


Esta generación de jugadores españoles del toque, los pases y el fútbol bien jugado ya entró en la historia: con la base del Barcelona multicampeón de la temporada pasada y que viene de ganar su primera Eurocopa, ahora se metió en una inédita final mundialista, que hasta este 2010 sólo había seguido por radio y TV, según la época. Pero listo, esa era pertenece al pasado. Ahora la Furia hablará de igual a igual en la mesa de los mejores. Y la historia del fútbol, agradecida. Cualquiera sea el resultado de la final, los Xavi, los Iniesta, los Puyol, los Casillas, los Sergio Ramos por citar algunos, ya forman parte de la galería de héroes futbolísticos de la península.

España jugó a lo España. Y arrinconó a los alemanes que no mostraron ni una sólo virtud de las exhibidas ante Argentina e Inglaterra, los dos equipos precedentes a los que había vapuleado sin piedad. España nunca le permitió ni por asomo presentar otra vez ese nivel. Y así llegó con justicia al partido decisivo.

Cuando Xavi e Iniesta se encontraban en la mitad de la cancha, aparecían los problemas para una Alemania desdibujada. Schwinsteinger fue una sombra de los partidos anteriores y Oezil estuvo lejos de la revelación mundialista en la que podía convertirse. Con Müller suspendido, Klose y Podolski volvieron a ser los intrascendentes jugadores de la última Bundesliga. Como si fuera el cuento de la Cenicienta, a los germanos se le terminó el encanto. Esta vez no fue a las 12 de la noche. Fue en las semifinales mundialistas y ante un rival en serio.

El dominio de los primeros minutos de España fue de lo mejor producido por el equipo de Del Bosque… hasta que llegó el segundo tiempo. Alemania sólo intentó con remates de larga distancia (Casillas le tapó uno fenomenal a Trochowski). Pero no había lugar para las sorpresas, era la noche española.



Y toque, España toque



Fue una seguidilla de toques los que dejaron a los alemanes al borde del nocaut. Fue un solo gol pero pudieron ser varios más porque las posibilidades rondaron todo el tiempo en el arco del buen portero que es Neuer. Tocó y tocó España hasta que mareó a los alemanes. Xabi, Xavi, Iinesta,Villa, parece que nunca hacen una de más y entregan la pelota en el momento justo. Lo perdieron sucesivamente Villa e Iniesta. Xabi Alonso avisó un par de veces desde larga distancia. Hasta que llegó el golpe.

Puyol, capitán eterno del Barcelona y baluarte fundamental de la Furia española entró inesperadamente solitario en un centro y con un testarazo fulminante mandó a España a la final. El insólito fallo de la defensa española tuvo su castigo. Después, perdieron sus ocasiones un egoísta Pedro y Silva. No hubiera estado de más algún gol más. Se mereció esta España del toque y del buen fútbol una diferencia mayor. Le alcanzó con la cabeza de Puyol, directo a la historia.

España está en la final y a esa melena revuelta de Puyol todos la acarician: los del Barça, los del Madrid, hasta el inmutable del Bosque se tienta a besarla. Está España reunida alrededor de esas mechas. También están ahí los duendes del Zarra, Zamora, Di Stéfano, Lángara, Butragueño, Michel. Ninguno de ellos pudo jugar alguna vez una final de un Mundial. Esta generación de brillantes jugadores que enaltece a la historia de la Furia, lo hará por ellos.

Videos: el cielo e infierno de Mandela

Si clickeas en el título podrás ver los videos de la casa donde vivió Mandela en Soweto y la cárcel de Robben Island, donde estuvo encerrado 27 años.


7 jul 2010

Final naranja, dolor celeste

Esta vez sí, Holanda. El partido decisivo, el que todos quieren jugar, ya tiene un color: naranja. El equipo que prometía grandes Mundiales y sumaba fuertes decepciones desde hacía 32 años, vuelve a una final del mundo. Como en el 74, como en el 78. La Mecánica de ganar, sigue imparable en Sudáfrica 2010. Y dejando en el camino a rivales a fuerza de triunfos, sin siquiera jugar un tiempo extra. El domingo puede ganar el primer título de su historia contra Alemania o España. Al final, la supuesta “Copa de Sudamérica” tendrá campeón europeo, por primera vez fuera de su continente.


Para Uruguay sólo resta una cosa: aplaudir de pie a estos guerreros disfrazados de jugadores. Así de simple, así de contundente. La Celeste fue garra charrúa, como siempre, pero también fue juego colectivo, orden y fútbol criterioso. Y, vale mencionarlo, tuvo mala fortuna. El fútbol suele deparar estas paradojas: cuando mejor estaba jugando y controlando a Holanda, llegó el gol casi fortuito de Sneijder. Y adiós a los sueños a pesar de la maravillosa reacción de los minutos finales.

Al contrario de lo esperado, fue Uruguay el que manejó la pelota en el comienzo. Claro, no era lo más lógico porque su mediocampo estaba lleno de números “5” y, en principio, se temía una distancia grande con los de arriba, Cavani y Forlán. Nada de eso sucedió. La idea de poner todos volantes de marca para pelearle el sector a los holandeses le salió bien al Maesto Tabárez. Del otro lado, sorprendidos, Robben, Kuyt, Sneijder y compañía.

Entre la Holanda que insinuaba y no concretaba, la pelea en el centro del campo y los desaciertos del línea uzbeko Kocharov (cobró mal tres posiciones adelantadas a Uruguay en menos de 10 minutos; si no es récord pega en el palo), se fueron los primeros momentos sin mayores sobresaltos.

Un párrafo aparte merece Van Persie, el 9 holandés que no sólo no hizo goles en este Mundial, sino que también estorbó a sus compañeros. Como en ese remate de Sneijder que iba directo al arco y él se interpuso en la trayectoria…

Todo fue mediocre, hasta que Gio Van Bronckhorst hizo honor a su gran remate de larga distancia. Si es cierto que este Mundial marcará su despedida, entonces ese fue su gol soñado. El capitán naranja le pegó cruzado desde 30 metros y coló la Jabulani en el palo derecho de Muslera, que a pesar de haber hecho todo bien, no pudo evitar el tanto. Las pantallas del estadio se hicieron un festín con el remate y el festejo del príncipe William y Máxima en las tribunas.

Acusó el golpe Uruguay y también el nerviosismo. Martín Cáceres ensayó una potente chilena justo al pómulo de De Zeeuw. El estadio se estremeció. En realidad, pareció más grave de lo que fue y el volante holandés siguió jugando.



Forlanazo e ilusión



De a poco arrimaron los sudamericanos y empezaron a complicar a Stekelenburg, el portero que desde el minuto 30 empezó a ver todo celeste. Primero fue una escapada de Cavani por la derecha, después con un tiro de Álvaro Pereira y luego un cabezazo de Forlán.

Tenía que llegar y llegó... El gol fue un Forlanazo desde 25 metros. El delantero del Atlético Madrid marcó su cuarto gol en el torneo con un enganche de derecha y un fenomenal diparo de zurda que se le coló al estático Stekelenburg. A festejarlo con todos, y en especial con Lodeiro, que saltó en muletas desde el banco.

Con el ingreso de Van der Saar en el segundo tiempo, el técnico holandés Van Marwijck buscó imprimirle una cuota más de fútbol a su mediocampo. Aunque al principio no le resultó porque Uruguay se adueñó de la mitad de la cancha y sorprendió a más de un hincha. Y Gio, además de hacerlos, también los salvó. Con un cabezazo desvió el remate que iba directo al gol, con Stekelenburg ya vencido. Forlán estuvo a punto de convertir otro gol de larga distancia, esta vez de tiro libre, pero el portero le adivinó la intención.

Dominaba Uruguay pero convirtió Holanda. El fútbol suele ser, a veces, así de cruel. Los naranjas se vieron favorecidos por la suerte y el línea Kocharov: Sneijder le pegó justo, la pelota pasó a un centímetro de Van Persie, adelantado, y confundió a Muslera. Fue gol, debió haber sido anulado.

Holanda lo aprovechó. Sabe cuando pegar. En medio de la confusión celeste, enseguida llegó el tercero con una impecable jugada colectiva, centro de Kuyt y brillante definición de cabeza de Robben. Volvió a dejar una certeza: en este equipo hacen todos goles… menos su número 9.

A partir de allí, los naranjas mostraron su mejor cara: la del toque la de la rotación, la de la pelota a ras de piso. Pero el juego no estaba cerrado. Enfrente estaba Uruguay. Y se le fue encima para cerrar la semifinal con mayor decoro.

Así, llegó el gol de Maxi Pereira y los 3 millones de uruguayos fueron por la hazaña. Regalaron tres, cuatro minutos de emoción pura, adrenalina al máximo. Y arrinconaron al rival en su área. El milagro no llegó, no alcanzó tanto sacrificio. Holanda es finalista por méritos propios y capacidad indiscutible. Pero quedó dicho: esta celeste, orgullo latinoamericano, es para aplaudir. Y de pie. Como lo hace todo el estadio.

La vida es "Orange"

No hay hincha holandés que no se disfrace. Vale todo, con la única condición que el color sea naranja. Desde las pelucas gigantes hasta los simpáticos mamelucos. Desde las chicas que aparecen vestidas de azafatas hasta las que hacen las veces de campesinas. Aparecen los Cuatro Fantásticos y también Caperucita Roja. Los personajes de historietas son los preferidos para las fotos. Máscaras, caretas, antifaces, sombreros… La vida color “orange”.


Los únicos hinchas holandeses que no están de naranja son el Príncipe William y su esposa Máxima. No dejan el protocolo ni en una semifinal del Mundial. Son la excepción que confirma la regla.

Algunos aficionados aparecen también con la bandera de Ghana. Y hasta con fotos de Luis Suárez pintado de satanás. La inscripción reza: “Devil’s hand”, que significa justamente “La mano del diablo”. La obvia referencia es al penal cometido por el delantero en el último minuto ante los ghaneses y que le dio la clasificación a los uruguayos a la semifinal.

Del otro lado se escucha el “Soy Celeste” más fuerte. Si, se oye más en el estadio Green Point que las vuvuzelas. Y que los holandeses, que son amplia mayoría. Eso es todo un síntoma de todo lo que cantan esos uruguayos, menos en número, pero más en corazón y aliento a sus jugadores. También hay otro canto que se escucha y es pura ilusión: “Volveremos, volveremos; volveremos otra vez; volveremos a ser campeones; como la primera vez”. No se pudo, valió el esfuerzo.

Pero los hinchas holandeses siguen en la suya: la felicidad llega al punto máximo entre el minuto 70’ y 73’. Claro son los dos goles del equipo que ya festeja otra final mundialista. Y todo es locura, no hay espacio para la razón. Tanto que ni se enteran del vendaval celeste del final. Para ellos, no hay otra explicación: la vida es naranja.

Cuidado: monos mabuinos

Los monos mabuinos están al acecho. Ahí al borde de la ruta en las afueras de Ciudad del Cabo. Y cuando se detiene la marcha del carro para poder verlos, es cuando ellos aprovechan la ocasión. No perdonan un solo descuido.


Una rara habilidad los identifica. Parecen inofensivos, pero cuando alguien se baja del auto para verlos e intentar fotografiarlos, aprovechan. Imposible que no se metan dentro del auto si no se olvida la puerta abierta o la ventanilla baja. Y si se cierra sin traba, ya aprendieron a abrir las puertas. Increíble pero real.

Se pueden subir al carro y allí comen lo que encuentran. Si hay comida, se la llevarán. Si hay galletas o frutas, no perdonarán. Y si no hay, se dedicarán a inspeccionar el tapizado y hasta pueden ser agresivos. También se han llevado varios bolsos y hubo hasta denuncias de robos de documentos y pasaportes.

Las fotos salen bien, pero son pocas. Gana el apuro por cerrar el carro. Por una vez, les ganaron a los monos mabuinos. Pero cuidado, ya están esperando su próxima víctima…

Holanda, primer finalista

Con un victoria por 3-2 ante el dignísimo Uruguay, Holanda se metió en su tercera final mundialista de la historia. Espera por Alemania o España.
6 jul 2010

Video: periodista de Clarín analiza la eliminación argentina

Waldemar Iglesias, periodista del diario argentino Clarín, explica la eliminación albiceleste en el Mundial. De fondo, Ciudad del Cabo.

¿Cocodrilo o avestruz?

La cena, consensuada con colegas chilenos, españoles e italianos, será la esperada: la comida típica del país anfitrión del mundial. El día tardó más de lo querido, por trabajo y traslados, pero al fin llegó. Entonces, Mamá África, tradicional restaurante de Ciudad del Cabo, es el lugar elegido para disfrutar de lo que se supone, será el mejor plato del Mundial.


Empezamos con suerte, la camarera que atiende se llama Nadia y es argentina. O sea, conoce bien los gustos latinoamericanos. Y sorprende con su recomendación: cocodrilo. Dice que su carne es sabrosa, parecida al pollo pero más consistente. Pide que nos animemos. No nos convence.

El segundo plato que recomienda es el avestruz. Y dice que es parecida al asado, típico plato gaucho reconocido en el mundo. Parece la mejor opción, más si se lo acompaña con el famoso vino sudafricano. Nos convence.

Hay que reconocerlo: fue una agradable sorpresa al paladar para una cena larga y amena. La elección pareció la adecuada… hasta el otro día. En un parque nacional llamado Cabo de Buena Esperanza, nos cruzamos con varios animales, entre ellos, las avestruces. Todas ellas, confiadas, simpáticas y amigables. Y uno empieza a digerir un ridículo sentimiento de culpa. Y se convence: debería haber cenado cocodrilo.

Un maestro enojado

Sorprendió el Maestro Tabárez en la conferencia de prensa del día previo a la semifinal. El técnico uruguayo arrancó nervioso y apuntó a los periodistas de su país: “tengo el equipo pero no voy a darlo porque hay periodistas que juegan a ser corresponsales de guerra y se infiltran como espías en entrenamientos a puertas cerradas. No respetaron las reglas del juego así que pregúntenle a ellos por el equipo”. El sorpresivo enojo (no es común verlo a Tabárez así) tenía que ver con la presencia de los medios uruguayos en prácticas no permitidas a la prensa, donde se conoció públicamente el posible esquema para enfrentar a Holanda.





DOS FRASES



“En partidos de la primera fase, usé a Uruguay como ejemplo. Ellos juegan con mucha pasión”

Bert van Marwijk

DT de Holanda



“Si ganamos será una sorpresa enorme pero, permítaseme que tengamos la posibilidad de pensar en eso”

Oscar Washington Tabárez

DT de Uruguay

Escalera al cielo

Es como si Ciudad del Cabo de repente se vistiera de celeste. Se ven banderas uruguayas por todos lados. Aseguran que no son más de dos mil los hinchas que llegaron hasta aquí pero se hacen sentir y se multiplican por todos lados. Los aficionados del equipo que fue el último clasificado al Mundial se quedaron hasta el final de Sudáfrica 2010 ¿Quién lo hubiera imaginado? Solamente un puñado de optimistas uruguayos y este plantel que comanda con sabiduría el Maestro, Oscar Washington Tabárez. El equipo ya escribió la hazaña para llegar inesperadamente a las semifinales. Hoy, contra una Holanda temible, intentará agregarle la gloria de arribar a la final, como ya lo hizo en los Mundiales del 30 y del 50. ¿Por qué no? Si los milagros existen también en el fútbol.


Dueños de una historia brillante de campeonatos y títulos y de varias décadas de desconcierto y desaciertos futbolísticos, el pequeño país de Sudamérica de apenas 3 millones de habitantes se metió en un lugar sólo reservado a los poderosos del fútbol y al que no accedía desde hace 40 años: jugará el partido que definirá al primer finalista. Del “supuesto” Mundial sudamericano, ahora queda como único estandarte la garra celeste. El que menos se esperaba es el encargado de defender el honor del continente entre los mejores cuatro de la Copa.

Enfrente tendrá al único equipo que ganó todos los partidos en este campeonato. Y que parte como lógico candidato por juego, victorias, rendimiento y jugadores: la Holanda de van Marwijk es un equipo armado de atrás hacia adelante, con una defensa sólida y recia, y con jugadores desequilibrantes del medio hacia adelante como Robben, Kuyt y el inspirado Sneijder, hoy por hoy una de las grandes figuras de Sudáfrica 2010 junto a Klose y Villa.



Problemas uruguayos



Como si a Holanda no le bastara semejante equipo para partir como favorita, las lesiones y sanciones le juegan una mala pasada a Uruguay. En principio, Luis Suárez, su jugador más importante junto a Forlán, no podrá jugar por la famosa mano ante Ghana, que sigue levantando polémica en medios europeos. Insólito: acusan de tramposo al hermano de Paolo Suárez cuando cualquier jugador del mundo hubiera hecho exactamente lo mismo. Además de esa baja vital, la defensa uruguaya, uno de sus grandes bastiones en el campeonato, tendrá dos ausencias seguras y una duda: Fucile (sancionado) y Lodeiro (fisurado), no jugarán; Diego Lugano, capitán y símbolo de este equipo, es la gran incógnita que ayer no quiso disipar el Maestro Tábarez, que se mostró un día antes de la semi sorprendentemente nervioso y enojado con los periodistas de su país que se infiltraron en una práctica a puertas cerradas (ver recuadro aparte).

Tantas bajas obligarán al Maestro, que no confirmó el equipo, a variar su esquema. Seguramente Forlán bajará un poco a colaborar en la creación en una mitad de cancha casi exclusivamente de marca (Pérez, Gargano, Arévalo Ríos y Pereira) y Kavani será el único punta. Abreu esperará otra oportunidad en el banco, con la posibilidad de ingresar de acuerdo al resultado.



Color de semifinales



El ruido de las vuvuzelas y el color del mundial se ha mudado por esta semana de Johannesburgo a Ciudad del Cabo. Y aunque seguramente, serán más los holandeses anaranjados, la Celeste parece haber invadido la ciudad más linda del Mundial. “Nadie nos invitó a esta fiesta pero acá estamos. Y daremos pelea”, avisó Tabárez para explicar el fenómeno del único de los semifinalistas que no estaba en los planes de nadie. Habrá que creerle.

La mejor apuesta, dice la lógica, sería para Holanda. Pero cuidado que la “garra charrúa” se ha puesto de manifiesto en los momentos más incómodos de su historia a la hora de jugar un partido de fútbol de carácter decisivo. El que dude de ello, que consulte con los brasileños por el Maracanazo de 1950, la mayor sorpresa en la historia del fútbol mundial. ¿Será esta la hora del Africanazo?

Un Torogoz suelto en Johannesburgo

Primero nació como una charla de amigos informal, todos amantes del deporte. Entre otros, estaban Manuel Natero, Horacio Morales, Augusto Dumit, Luis Baz… Y luego pasó a los hechos concretos. La idea fue tomando forma con el apoyo del Comité Olímpico. Así nacieron los Torogoces, el equipo de rugby de El Salvador que participa con buen suceso en el torneo de Guatemala. ¿Y qué tiene que ver esto con el Mundial de fútbol? Es que están representados en Sudáfrica por Juan Carlos García Flamenco, un jugador que vino a ver algunos partidos mundialistas y no se saca la camiseta de los Torogoces en Sudáfrica ni para dormir…


García Flamenco está con algunos familiares y un grupo de amigos, y recorrieron distintas ciudades y estadios del Mundial. Siempre con la bandera salvadoreña y, por supuesto, con la azul de los Torogoces.

“Estar acá es una gran alegría y disfrutamos mucho los partidos con los amigos salvadoreños”. ¿Y la camiseta? “Siempre puesta, estuvo en todos los estadios. Los Torogoces están bien representados…”. También la luce en los tradicionales paseos de Johannesburgo, como Mandela Square o Sandton. Y comenta que fueron muchos los hinchas de distintos países que le preguntaron de dónde era esa camiseta…

Dice que sigue a la distancia los resultados de su equipo y que ya extraña estar con la misma vestimenta pero en un partido de rugby. Allí volverá a cambiar otra vez la pasión de la redonda por la pelota ovalada.
5 jul 2010

Una chumpa codiciada

La chumpa de El Salvador, con el azul intenso de la bandera cuscatleca, es una de las más codiciadas por los periodistas de distintas partes del mundo. En cada encuentro que uno decide utilizar ese abrigo, siempre se acerca algún colega para preguntar por ella, para procurar intercambiarla o, directamente, para pedirla de regalo.


Varios son las que los que insistieron por ella. Sea en el Soccer City, en el Ellis Park, en el estadio Motamba de Rustenburgo, o en el Loftus de Pretoria o en el de Nelspruit. En Ciudad del Cabo también causa sensación. Además, también es punto de encuentro para encontrar salvadoreños. Allí donde haya alguno, siempre se la distinguía y se preguntaba por la Selecta.

Ante tantos pedidos, queda la duda ¿A quién se la dejamos como recuerdo? Al final, el elegido se llama Rorie Smith, un colega del Daily Telegraph inglés, al que le encantó la chumpa. ¿La razón de la elección? Muy sencilla: el carro alquilado por su diario sirvió de transporte para muchos de los partidos que EDH cubrió fuera de Johannesburgo.

La promesa, entonces, es enviarla rumbo a Manchester. Pero eso sí, una vez que termine la Copa. No vaya a ser que el frío sudafricano nos juegue otra mala pasada a la salud.

Semifinalistas: España. Furia, toques y Villa


Toca y toca, España. Juega con la pelota como nadie. Y cuando sus mediocampistas están inspirados, sus contrincantes terminan mareados. Con Iniesta iluminado, ¿quién le saca la pelota a este equipo? Ese es el eterno rompecabezas instalado en la mente de los técnicos rivales que casi nunca aciertan con la solución.


No es inexpugnable, lo demostró la ultradefensiva Suiza que le ganó sorpresivamente y bien en el debut. Pero gana con prestancia, solvencia y a cada paso que da en este Mundial, va encontrando el mejor ritmo de juego, aunque sólo ellos saben lo que le costó superar a una digna Paraguay en los cuartos de final.

Tras el inesperado traspié de Suiza, España se recuperó contra los catrachos con un 2-0 que se quedó corto; después le ganó con claridad a la complicada Chile de Bielsa. Superó con dominio neto a Portugal en otro clásico de Europa en el que mereció más que el exiguo 1-0 y pudo destrabar a los guaraníes recién en el final con otro tanto del goleador mundialista y flamante refuerzo del Barça, David Villa. Está derecho el Guaje.

Su arma, no es ningún secreto, es la lujosa mediacancha que integran Xavi, Xabi Alonso e Iniesta. Este último volante del Barcelona ha retornado de su lesión en el mejor nivel y todo España celebra su recuperación. Se agrega más toque y buen fútbol cuando Del Bosque se anima a sumar a Cesc Fábregas, que suele ingresar en los segundos tiempos.

La contención está a cargo de un voluntarioso y rendidor Sergio Busquets. Abajo, Piqué y Puyol son emblemas de una defensa que sólo ha recibido dos goles en cinco partidos, aunque Casillas está lejos de la seguridad acostumbrada en el Real Madrid.

Arriba, una buena y otra mala: Villa se ha convertido en el goleador del Mundial y es el delantero más peligroso del campeonato, a fuerza de desequilibrio y gritos. Fernando Torres, en cambio, está lejos del jugador temible del Liverpool y no está en su plenitud física. Con el Niño más afilado, casi que habría que jugar por el segundo lugar.







LO MEJOR

El toque preciso y que tiene en la mitad de la cancha. Con Xavi e Iniesta inspirado y con Villa, infalible arriba



LO PEOR

Torres no ha vuelto de la lesión en su mejor nivel y Casillas comete errores desconocidos en un portero de su calidad.

Semifinalistas: Alemania, la máquina demoledora

De cuatro en cuatro. Así es el camino de esta Alemania en la llave final del Mundial. A paso demoledor y con la chapa de candidato, los germanos demostraron ser, hasta el momento, el mejor equipo del Mundial.


Lo del equipo de Loew impresiona. Aplastó a dos candidatos firmes a la Copa como Inglaterra y Argentina con su juego preciso y contundente. A los dos les hizo cuatro, cifra nada común en el fútbol de hoy, aunque los ingleses todavía recuerden el enorme error del árbitro uruguayo Larrionda. Seguramente, allí habría cambiado el partido. Pero en el fútbol no se puede hablar de supuestos. En los cuartos, a Argentina la pasó por arriba, sin resquicios para ninguna polémica ni nada que se le parezca.

Alemania es un claro ejemplo de cómo se debe afrontar un Mundial. Quizá la lesión de Ballack, insólitamente, le haya venido bien a este equipo de jóvenes que ganó en dinámica y velocidad sin su veterano capitán. El destino, a veces, juega a favor. Loew arriesgó con jugadores que venían de una pésima temporada y aquí le respondieron como solamente él imaginaba: Podolski y Klose explotaron donde debían explotar: en el Mundial, en el momento justo.

Los rodeó con una camada de jóvenes, sin experiencia, pero con una precisión en velocidad asombrosa: estamos hablando sobretodo de Müller (jugador de 20 años que debutó hace menos de dos meses en la Selección) y Ozil. Y el termómetro del equipo cada día juega mejor: Schweistenger. Ya nadie discute en Alemania a uno de los técnicos más resistidos de todo el Mundial antes de Sudáfrica. Hasta en eso se parece a los últimos campeones.

Todo se arma de atrás hacia adelante en Alemania. Desde un portero que ya es considerado el mejor del Mundial como Neuer, una defensa que comete muy pocos errores encabezada por Mertesacker y Friedrich. Un ejemplo de marca escalonada y solidaridad defensiva fue la manera en como anularon a Messi. Schwesteinger mueve los hilos del mediocampo y Podolski retrasó su posición para que Müller y Klose hagan lo suyo arriba. Así demuele Alemania.





LO MEJOR

Concentración táctica y precisión en velocidad. Implacable frente al arco rival con jugadores como Klose, Müller y Schweinsteiger están en un momento fenomenal.





LO PEOR

El único partido en el que estuvo abajo en el marcador, no lo pudo revertir: fue derrota contra Serbia en la primera fase.

Semifinalistas: Uruguay. Garra, corazón y Forlán

Si hay un técnico que merece ser finalista, se llama Washington Oscar Tabárez. Maestro de profesión, pero también mestro del fútbol y de la vida. Docente en cada una de sus frases, el uruguayo ha forjado un equipo desde la eterna garra charrúa y le ensambló un estilo coordinado con dos delanteros de excepción. Dicen que los equipos unidos son los que logran las grandes cosas en los grandes torneos. En ese sentido, este humilde y querible Uruguay, saca ventaja.


Lejos de las luminarias y superestrellas de los otros semifinalistas, en la Celeste sobresalen sus dos delanteros, Diego Forlán y Luis Suárez, el segundo de los cuales no podrá jugar ante Holanda por la “mano del diablo”, según le llaman acá. En Latinoamérica se podría llamar el milagro uruguayo: mano en el minuto 120’, penal desperdiciado por Gyan y eliminación ghanesa en la serie de la definición por penales. No hubo momento más dramático y apasionante en este Mundial.

Sin embargo, sobreponerse a las dificultades ha sido una de las mayores virtudes de este equipo. Basta recordar solamente como se clasificó al Mundial: perdió con Argentina de local en la última fecha, se clasificó al repechaje por resultados de terceros y allí le ganó de forma ajustada y dramática a Costa Rica, sufriendo en el estadio Centenario…

En el sorteo, le tocó “el grupo de la muerte”, al que dejó atrás clasificando como líder. Su recorrido empezó con un laborioso empate ante la Francia de los escándalos por 0-0; luego superó claramente a los Bafana Bafana y despachó a México para quedarse con el primer lugar del grupo. La llave no era de las más exigentes pero hizo lo que había que hacer y la pudo sobrepasar con éxito, no exento de sufrimiento: ajustado 2-1 ante Corea del Sur y el inolvidable triunfo ante Ghana desde los 12 pasos. El que no se emocionó en ese partido, tiene agua en las venas.

Desde su seguro portero Muslera, baja la solidez defensiva, una característica celeste a lo largo de su historia, reeditada en este torneo. Pero con alguna incógnita para las semis con las bajas de Lodeiro y Lugano. En el mediocampo, casi todo es marca y lucha, con los aguerridos Diego Pérez y Egidio Arévalo. Kavani es el encargado de crear junto con la eficiencia de Forlán, que esta vez se deberá defender sólo arriba ya que Luis Suárez está suspendido, por la famosa “mano del diablo”.





LO MEJOR

La defensa y Forlán. Su solidez abajo es el gran fuerte celeste: sólo le convirtieron dos goles. Arriba, presentan un goleador temible.



LO PEOR

Las bajas. Lodeiro y Lugano (lesionados), Fucile y Suárez, suspendidos. Uruguay deberá multiplicarse para enfrentar a Holanda.

Semifinalistas: Holanda, la mecánica de ganar

La Naranja mecánica versión 2010 tiene un récord único en este Mundial: es el equipo que ganó todos sus partidos. Y ni siquiera necesitó de alargues o penales: lo hizo en 90 minutos. Con ese pergamino es imposible no darlo como candidato para llegar por tercera vez en su historia a una final mundialista: ¿Será este el Mundial de Holanda, aquel título que se le negó injustamente en el 74 y en el que una pelota en el palo le dijo que no en el 78?
Argumentos sólidos tiene: en todos sus partidos dominó a sus rivales, incluyendo nada menos que a Brasil y redondeó triunfos basados en la eficiencia y su volumen de juego. Con un orden defensivo que se ha transformados en su base fundamental.
Repasemos, ganó de muy buena forma su grupo ante rivales que quizás no lo exigieron demasiado: primero fue Dinamarca, al que fue demoliendo con paciencia y criterio; después vino Japón y por último le ganó al eliminado Camerún, en un partido de trámite.
Su llave lo llevó a los dos extremos: en octavos se cruzó con un rival accesible para esta fase como Eslovaquia. Después le tocó “bailar con la más fea”: llegaba el “Cuco” Brasil, a quien desequilibró por completo y remontó un partido histórico.
Un equipo que no pierde desde septiembre del 2008, algo debe tener. Y lo tiene: un portero, Stekelenburg, que reemplazó al irreemplazable Van der Sar. Una defensa que es su punto más alto y no escatima pierna fuerte con Heitinga y el capitán Gio, un mediocampo que, excepto el aguerrido Van Bommel, es un estallido de buen fútbol con el flamante goleador Sneijder, el recuperado Robben y el extremo Kuyt como abanderados . Arriba, un Van Persie acéfalo de goles que no ha terminado de explotar aún en Sudáfrica.
Van Marwijk es en estos momentos la persona más admirada en Amsterdam y el resto de las ciudades holandesas. Los elogios ya no le caben a este hombre que forjó un equipo que ante Brasil alcanzó el récord de partidos oficiales ganados consecutivamente en competencias FIFA: 13. Superó así al inolvidable Brasil del 70.
La Holanda que está en África no se parece a la del 74. Basa su juego en el equilibrio, la solidez defensiva y hasta hace goles de jugada preparada, como el que le dio el 2-1 ante Brasil. Pero es una naranja mecanizada para los triunfos.


LO MEJOR
El eje del equipo holandés se basa en su defensa. No falla. En el medio, la diferencia la marcan Sneijder y el recuperado Robben

LO PEOR
Van Persie no ha encontrado nunca su nivel en el torneo. El hombre más adelantado de Holanda sigue en deuda.

Video: encantadora Ciudad del Cabo

En este video te mostramos algunos lugares de la ciudad mundialista más linda de Sudáfrica.

Video: así tocan las vuvuzelas

Mirá en el video, el ritmo que le dan los sudafricanos a las vuvuzelas. Así se origina el ruido que se escucha en los estadios.

Video: Castrilli contra la FIFA

El ex árbitro argentino y mundialista, Javier Castrilli, critica duramente a la FIFA. Mirá el video.

La peor despedida para Messi y Maradona

Ahí están Maradona y Messi en el círculo central. Abrazados. Leo, con la mirada perdida. Diego, con el corazón partido. El 4-0 ya quedará en la historia como uno de los peores resultados mundialistas de Argentina. Y la herida tardará en cicatrizar.


El técnico tiene un gesto digno en el momento más complicado: saluda y abraza a cada uno de sus jugadores, igual que en los partidos anteriores cuando el resultado fue distinto. El abrazo con Messi significa mucho: lo sostiene por un largo rato. La estrella del Barcelona parece no reaccionar, está como abstraído de la realidad, del cachetazo de sufrir una goleada inesperada y quedar afuera del mundial sin hacer goles. Esa imagen, curiosamente, no es tomada por la televisión internacional, entretenida con los festejos alemanes y las lágrimas de Maxi Rodríguez.

El Mundial se quedó sin la máxima ilusión de juego y sin el hombre más medíatico de Sudáfrica. Messi y Maradona dicen adiós. Y la sociedad que tantos sueños había diseñado en tierras gauchas, se despide del Mundial envuelta en una pesadilla de camisetas negras llamada Alemania…

Esta Alemania a la que Argentina le había ganado en un amistoso jugado en Münich poco antes del Mundial. Esta Alemania, con la que Diego gozó y sufrió en las finales de México 86 e Italia 90. Esta Alemania sorprendente del 2010, que les costará tanto, a ambos, digerir.

Allí se van… Messi sigue con la mirada perdida rumbo al vestidor. Luego, Maradona contaría que su llanto en la intimidad fue conmovedor. Diego, mira por última vez su rosario, ese que lo acompañó en su mano durante todo el Mundial, el que tuvo en todos los partidos y al que le pidió en cada situación complicada. Y lo besa por última vez en Sudáfrica.
4 jul 2010

El encanto de Ciudad del Cabo


Ciudad del Cabo encanta por su hermosura. Es la más linda de Sudáfrica y, dicen, de toda África. Combina montañas con mar, autopistas con paseos peatonales, belleza tradicional con arquitectura de vanguardia. Y para completarla, muestra, como toda Sudáfrica, una gran calidez humana.


Afirman los habitantes que es la ciudad más cosmopolita de la zona y se nota. Gente de todas las razas y latitudes se dan cita en sus calles, sobre todo en el paseo de Waterfront, un hermoso corredor de bares, restaurantes y con una feria que sería la panacea de cualquier trotamundos de las artesanías.

Ayer por la tarde Ciudad del Cabo bien pudo llamarse Ciudad del gaucho. Porque los argentinos brotaron no se sabe bien de dónde pero lo cierto fue que inundaron de celeste y blanco todos los lugares tradicionales de esta privilegiada localidad que bañan dos océanos: el Atlántico y el Índico.

El punto sur de África es una ciudad que impresiona también de noche. Es que sus enormes montañas están iluminadas por reflectores gigantes y le dan una escenografía incomparable al lugar si se la combina con la luna y las estrellas. Las calles no pierden su belleza con la luz artificial y la llegada de los visitantes nocturnos, esta noche la mayoría de ellos alemanes. Y no piensan irse a dormir hasta que no se acabe toda la cerveza de la ciudad.

Paliza alemana

Alemania fue un equipo en serio. Argentina, una suma de individualidades que casi nunca pudo encajar. Y ahí estuvo la diferencia: fue una paliza histórica para los argentinos que se vuelven a ir de un Mundial en cuartos de final. Fue la peor despedida para dos personajes centrales de Sudáfrica 2010 como Messi y Maradona. En cambio, para Alemania queda la certeza que, además de ser semifinalistas, es un equipo compacto, sólido y efectivo como ningún otro en este Mundial. Y que ayer mostró su mejor versión. Jugó el partido perfecto.

Ni Maradona ni Messi estuvieron en este inesperado final gaucho a la altura de unos cuartos de final de un Mundial. Leo nunca logró desequilibrar con su gambeta a la férrea defensa rival y se excedió en el individualismo, aunque es cierto que tuvo poca compañía. Diego no encontró la respuesta ante un rival que le manejó el partido a su antojo en el aspecto táctico y cuyos jugadores nunca perdieron el orden.

El partido empezó con un regalo, que sería determinante en el trámite del juego: Otamendi se “durmió” en un centro, Romero volvió a mostrarse inseguro y Müller facturó. Tanto se había hablado de la peligrosidad de este jugador en el Mundial, que la defensa argentina hizo todo lo contrario a lo esperado: lo dejó cabecear sin problemas para poner el 1-0. Casi desde el vestuario.

Desde ese minuto hasta el final, fue dominio puro y exclusivo de Alemania. Quizá no tenga un jugador brillante pero sí tiene varios hombres desequilibrantes que marcan y juegan en el momento justo: Schweistenger, Oezil y Podolski movieron con maestría los hilos en el mediocampo. Arriba, Klose y Müller fueron dos bombarderos implacables. Y abajo, firme, sólido, seguro. Demasiado para Argentina.



Argentina, una sombra; Alemania, una máquina



El equipo de Maradona fue una sombra del que supo ser en la primera fase. Claro, este rival fue el primer contrincante serio que le tocó en el Mundial. Messi, encerrado siempre por dos o tres alemanes, pocas veces pudo imponer su brillo y se excedió en el desgaste personal, entrando en el juego propuesto por la defensa rival. Tévez es un canto al coraje pero esta vez chocó demasiado contra los defensores. Y siempre perdió. Ayer, el Pipita Higuaín no fue ese jugador temible de área y certero definidor y las pocas pelotas que le llegaron no. Di María redondeó un irregular Mundial, jugando como siempre: insinuando muchos más de lo que finalmente concretó.

En ese contexto, fueron llegando los goles germanos, también ayudados por una defensa que fue el punto débil de Maradona durante el torneo… y en el partido de ayer, mucho más. Alemania aprovechó bien los laterales (Otamendi y Heinze, muy mal) y por los costados se hizo un festín.

Bien parado tácticamente y con una precisión impresionante en los pases, sus jugadores nunca hicieron una de más. Ni un amague, ni una gambeta, ni un regate en falso. Siempre criterioso y certero.

Curiosamente cuando más apretó Argentina y logró hilvanar un par de jugadas con remates siempre bien respondidos por Neuer, fue cuando llegó el segundo gol alemán, tras un gran pase de Müller desde el piso, fenomenal jugada de Podoski y definición de Klose.

Después del segundo gol, Argentina fue, con garra y corazón, a la desesperada. A matar o morir. Y fue morir. Porque las variantes (ingresaron Agüero y Pastore) para ir por la hazaña desmanteló al equipo atrás. Y eso con esta Alemania, es sinónimo de suicidio.

Alemania pareció jugar otro juego que Argentina. Cuando los gauchos chocaban contra la defensa, los alemanes armaban una contra letal. Así llegaron el tercero y el cuarto, de Klose, que está a uno de alcanzar a Ronaldo como goleador histórico en los Mundiales. En una Copa ya sin Messi, Cristiano, Kaká ni Rooney, parece el Mundial de estos letales alemanes que nadie tenía en cuenta: Podolski, Ozil, Müller, Klose… Si juegan como ayer, no habrá rival capaz de pararlos.